Por: Helden Natalia Vélez*
Una de las primeras cosas que se aprenden al llegar al dojo de Aikido es que en este se
manejan reglas de cortesía y respeto diferentes a las usuales, incluso a las de otras artes
marciales; esto se debe posiblemente al apego a la tradición que se ha seguido desde su
creación; por ejemplo, al entrar al dojo el practicante debe dirigirse hacia el kamiza (上座),
que traduce literalmente “asiento de honor” y hacer una reverencia (礼 rei), acto que a
menudo se malinterpreta como adoración y que en realidad es una muestra de respeto
hacia el lugar y las personas que hacen posible que exista este, lo que en occidente podría
cambiarse por un apretón de manos pero con un significado mucho más amplio.
En Japón existen diferentes tipos de rei que también se usan en el dojo y se distinguen por
la altura: cuando se realiza el saludo inicial tanto instructores como practicantes están en
seiza (正座 sentarse correctamente) que es la posición más baja, y desde allí se inclina la
cabeza hasta casi tocar el suelo, lo que muestra confianza, entrega, gratitud y respeto
absoluto por el otro mientras el instructor dice: O-sensei ni rei ( 大先生に礼: Saludamos al
Gran Maestro), momento en el que mostramos respeto y agradecimiento por el fundador y por el sensei (先生- el que nació primero) que nos compartirá sus conocimientos ; también existen otras reverencias, como al momento de empezar una técnica donde tori ( 取り o aquel que recibe el ataque) y uke (受け quien recibe la técnica) se saludan, usualmente de pie, y con una inclinación de cabeza, cuya profundidad puede variar: en el Japón tradicional se toman diferentes grados dependiendo de la formalidad de la situación, al saludar se suele inclinar poco si es un encuentro casual con una persona de un estatus similar al propio y se
pronuncia más según el rango del otro; lo mismo aplica si la reverencia se hace porque se
cometió un error, mientras más grave sea la falta, más profunda es la reverencia, siendo la
posición en seiza usada para casos tan graves que le entregas tu vida a quien le pides
disculpas, pues esta postura adquiere más sentido al pensar en los samurai que podrían
cortar una cabeza de un tajo, y al exponer el cuello se quiere decir: le confío mi vida.
Por esto, aunque pueda parecer una costumbre extraña para personas ajenas a la cultura
japonesa, no es solo una formalidad, sino que encierra un significado profundo y que es un
principio básico del aikido: respeto y amor por la vida. Exponemos el cuello, pero no
estamos adorando a nadie, estamos depositando nuestra confianza en aquellos con los que
trabajamos y agradeciendo por las enseñanzas que nos brindan y por no hacernos daño,
por esto, al finalizar la práctica volvemos a realizar el saludo tradicional y a menudo los
instructores dicen: otagai ni rei ( お互いに礼: Saludarse el uno al otro), donde se agradece
que nuestra confianza no fue en vano y culminamos exitosamente la práctica.
* Helden Natalia Vélez González, nacida en Medellín, Colombia el 21 de junio de 1996 de un padre artista y una madre librera. Desde pequeña sintió interés por la lectura, la escritura y el arte, en los que se inició en cuanto pudo hacerlo, aprendiendo danza oriental, pintura y música. Posteriormente, ingresó a la Universidad de Antioquia en el 2016 al programa de biología, que cursa actualmente, y al mismo tiempo al grupo de Aikido de la universidad, Shokyujin Aikido Dojo. La cultura japonesa le había llamado la atención desde antes, aprendiendo por su cuenta algunas cosas del idioma y finalmente logró estudiarlo formalmente en el programa Multilingua de la Universidad de Antioquia, en el que se encuentra cursando el último nivel.
Muy buena información. Cada día aprendo más sobre este tema. Muchas gracias.